NARRADOR
Ella se quedó sorprendida, pero satisfecha ante las palabras de Justin. Se acercó unos centímetros más, él tragó saliva sonóramente a propósito. Los pensamientos de Justin se retorcían de solo pensar en perderla, ¿Qué haría él sin la persona que le ha enseñado a amar? Bajó la cabeza sin saber que paso dar a continuación.
-No quiero que me escribas "Tu y yo, a tres metros sobre el cielo", en un puente.-Él la miraba confunso.-Prefiero que me escribas "Yo, a un centímetro de tus labios"
Él dió esta vez el primer paso, acercándose un poco más de lo que ya estaba, ella también lo hizo. Las delicadas manos de Emma se posaban en la nuca de Justin, acariciándo parte de su cabello. Él tomó la cintura de ella entre sus manos, pegando más sus cuerpos.
Más electricidad.
La nariz de Justin tocó la de Emma, esta acepto el gesto con gusto y sonrío a ello.
-No conocía esa parte tuya.
-¿Qué parte?
-La cursi.
-Hay muchas partes de mi que aún no conoces.
-Y usted, ¿Me va a dejar el suficiente tiempo como para conocerlas todas?
-¿Cuánto tiempo necesitas?
-Sabiendo que eres una caja de sorpresas. Hasta que estes arrugada.
-¿Tanto tiempo?
-Bueno, puede que las descubra mucho antes. Pero me haré el tonto y disimularé que necesito más tiempo. Aun qué eso jamas lo sabrás.
Los ojos de Emma tomarón un tono distinto, seguían verdes, pero mucho más claros y más intentos. Desprendían un brillo, literalmente.
Sonrió sin darse cuenta, pero no una de esas sonrisas de que solo se te curvan los labios. No. Una sonrisas de esas que enseñas los dientes, como si te lo pidiera el mismísimo dentista.
-Me encanta eso.-Le dijo Justin señalando una parte de la cara de ella, cerca de los labios.
Ella los puso en línea recta, tocándose la parte donde Justin le señalo. Pero ella no notaba nada.
-¿El qué?
-Esos oyos que te salen en la cara cuando sonríes.-Volvió a sonreír mostrándolos.-Y esas arruguitas en los ojos, pero no te asustes. Se van cuando ya pones el rostro normal.
-Idiota.
-Tú idiota, y de nadie más. Te lo prometo.
Las yemas de los dedos de Emma recorrieron un trayecto hasta las mejillas de Justin, este cerro los ojos por el tacto frío, pero a la vez cálido. Enseguida volvió a abrirlos.
Ella se acerco despacito, como si cuando llegara el mundo se terminara. Pero en el fondo, así era. Curvó un poco su cabeza a la derecha y besó los carnosos labios de Justin. Y como dije antes, el mundo acabó para los dos, solo existían ellos.
Un beso lento, diferente y especial a otros. Sin lenguas. Solo sus comisuras.
En uno de los descuídos de Emma Justin la apretó más a su cuerpo, levantándola en aire y dando justamente dos vueltas. Antes de volver a bajarla.
-Joder cariño, eres como una droga.-Le dijo él.
-¿Y estás enganchado a ella?
-Muy muy enganchado. Tanto que no podría vivir sin ella.
-Espero que esa sea tu única droga.
-No hay problema pequeña.
Y volvieron a besarse. Y un beso. Y otro. Y otro. Y el último.
-Justin...-Murmurró ella.
-¿Sí?
-Prometeme que no te vas a ir jamas.
-¿Qué te hace pensar lo contrario?
-Por favor, tu solo...-La cortó.
-Hey.-Puso sus dedos en la barbilla de ella, levantando su cabeza haciendo que le mirara.-Te lo prometo.
Se quedo conforme con esas simples palabras. Sus corazones luchaban por no salirse de sus pechos.
-Te recompensaré por la pelea de hoy, ¿vale?
-Ya la he olvidado.
-No. Yo quiero recompensarte.
-Chicos.-Se separaron rápidamente al oír la voz de la madre de Emma. Por suerte nos los había visto.
Esta bien que sus respectivos padres sepan de la relación, pero no para que los encuentre en mitad del calentón.
-Cariño, tenemos que irnos.
Miró a Justin y este a ella. Él sin remordimiento alguno se acercó, posando sus labios carnosos contra los de ella, formulando un fugaz beso.
Todos sonrieron al gesto y las mejillas de Emma cobraron color.
-Espero que se los hayan pasado bien.-Dijo Justin despidiendose de sus ambos suegros.
-Sí, hasta otro día.
Emma se despidió de los padres de Justin, dándole dos besos a cada uno. También de sus hermanos, que se tiraron a abrazarla al ausonio.
Y con la misma se fueron.
NARRA EMMA
Me acosté en mi cama repasando con detenimiento las palabras de Justin y luego, las mías. Siendo sincera yo tampoco conocía mi parte cursi.
Miro por la ventana, la luz suya aun esta encendida, Emma, descansa. Ha sido una noche muy intensa.
NARRA JUSTIN
-No quiero que me arruines la vida, ¿Vale? Adiós.
No es la primera vez que Lotte me hace estos numeritos por teléfonos, esperando a que la perdone.
Ay Justin Justin, si es que tu vida ha sido un constante lío desde siempre.
Apago por fin la luz ya acostado en mi acogedora cama.
"Te recompensaré por la pelea de hoy." Demasiadas promesas en un día. Pero sé que puedo cumplirlas.
Cumplirselas a ella.
Ya se me ocurrirá algo.
AL DÍA SIGUIENTE
NARRA EMMA
Hoy me he levantado temprano, estoy de limpieza. Ordeno mis álbumes de fotos mientras que le echo un vistazo por encima. Me paro en el último que miro con más detenimiento.
Una foto en familia con mis padres. Luego una con mi prima, ella me tiene subida en su espalda. luego otra mía de pequeña. Esa me tiro más tiempo observandola.
Estoy sentada en una alfombra para bebes en el suelo, ahí tenia 3 años. Estoy sonriendo a la vez que abrazo a una muñeca.
Mi móvil suena en forma de mensaje, dejo el álbum a un lado de la cama y lo cojo. ¿Anónimo? ¿Quién me mandaría un anónimo?
"¿Volviendo al pasado, Emma?"
-Pero que...-No me da tiempo a acabar la frase cuando recibo el segundo.
"¿Seguro que quieres recordarlo?, sabes que esas no fueron buenas épocas."
¿Cómo sabe que no fueron buenas épocas? Recibo el tercero.
"No tendrás ya heridas visibles, porque el tiempo las cura. Pero tú y yo sabemos que las que tienes por dentro son mayores."
¡PUM! Y siento como si me tiraran un jarro de agua fría. Que digo un jarro, un tanque, y como si el agua traspasara mi piel en forma de cuchillas.
Sí, cuchillas. De eso se trata todo.
Intento reaccionar, pero mi primer amago es tirar el móvil al suelo. Este hace un fuerte ruido pero aun así, la pantalla sigue encendida.
-¡Cariño! ¿Qué ocurre?
La puerta se abre a la velocidad de la luz, mi madre. Me tiro a su cuerpo abrazándolo, como si tuviera 5 años.
-El...-Balbuceo-El... mensaje.
Mi madre se separa de mi y va a paso rápido hacia el móvil, lo coge entre sus manos y lee las horrorizantes palabras.
MEDIA HORA DESPUÉS
Seco la última lágrima, he necesitado que mi madre me hiciera una infusión. Mi padre ha venido urgente del trabajo.
-No sé quien ha podido enviarte esto.-Dice él.
-Cariño... Justin sabes que antes tú...-Hizo una pausa.-Tuviste un problem...
-Mamá.-La corté.-No me justifiques, dilo.
-Oh Emma, no...-Le volví a cortar.
-Dilo, no pasa nada.
Ella suspiró.
-¿Justin sabe que tú llegaste a cortarte?
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