AL DÍA SIGUIENTE
NARRA JUSTIN
-Justin...
-Un poco más... Mamá.
-Tienes visita.
-Dile a Ryan que se vaya.
-No es Ryan.-Escucho el sonido de la puerta cerrarse.
Abro los ojos y me giro dándole la cara a la puerta, delante de esta, está Emma con sus brazos en jarras, me eleva una ceja irónica, repito su mismo gesto y abro los brazos aun tumbado en la cama, se rinde y sonríe. Se acerca y se inclina para darme un beso, me aprovecho de su postura y tiro de su cintura, haciendo que caiga sobre mi.
-¿Te he despertado?.-Me dice pícara.
-Sí.
-Losiento.
-Pero me encanta.
Formulamos un corto beso. Así da gusto despertarse. Se acomoda dándome la espalda y poniendo su cabeza en mi torso. Me acomodo sentándome y paso mi brazo derecho por su hombro, agarrándole la mano.
-¿Qué vas a hacer hoy?.-Me pregunta.
-Estar contigo.-Le contesto besando su cabeza.
-Me creía que te las iba a pasar durmiendo. No me imagino a tus hijos Bieber.
-¿Mis hijos?
-Sí, tus hijos.
-Oh pues... serían perfectos. Mi belleza natural junto con la de Beyoncé.-Se gira haciendo que quedemos cara a cara.
-¿Beyoncé?
-Sí, es la chica perfecta.
Me da con el codo en el costado, suelto un quejido y con las mismas se levanta de la cama, cruza sus brazos dándome la espalda. Suelto risa nula, pero que ella puede notar.
-No hace gracia.
-Vamos, ¡Era una broma!.-Me pongo en pie y doy pequeños pasos hasta estar justo detrás de ella.-No te enfades.
-Me voy.-La agarro de la cintura y la giro hacía a mí. Esto se está convirtiendo en una costumbre.
-Nena. Tú sabes...-Rozo mi nariz con la suya.-Que tú eres la única perfección que existe.
-No me mientas.
-No te miento... Porqué contigo no puedo hacerlo. ¿Y sabes qué?
-¿Qué?
-Mis hijos, tendrán tus ojos y tú preciosa sonrisa, y lo mejor, te llamarán mamá.
Rodea mi cuello y lo acaricia con las yemas de sus dedos, eso hace que mi estómago se revolucione. Sonríe por fin, pero sin dejar ver sus dientes. Inclino mi cabeza para formular un suave pico.
-¿Lo dices en serio?
-Muy en serio. No dudes de mí.
-No lo hago.
Unos pasos se acercan a la velocidad de la luz, suben las escaleras y están cerca de la habitación. Emma se separa algo extrañada de mi y ambos miramos a la puerta. Se abre, y mi madre aparece por esta con el teléfono en la mano.
-¿Interrumpo?
-Oh no, para nada.-Contesta Emma.
-Justin, el teléfono.-¿Para mi?
-¿Para mi?
-Sí.
Lo agarro y me lo llevo al oído.
-¿Sí?
-¿Justin?
-¿Papá?
-¡Hijo! ¿Como estás?
-Muy bien papá, ¿Y tú? ¿Y los pequeños?
-Muy bien, y tus hermanos, muy alegres.
-¿Y a qué se debe?
-Vamos a ir a Stratford.
-¿En serio? ¿Cuando?
-Lo más pronto que podamos.
-Mamá y yo os estaremos esperando.-Emma me mira y me sonríe aliviada.
-Hijo, tengo que dejarte. Jazzy se está peleando con Jaxon por el mando de la TV.
-Adiós. Diles que los quiero.-Nostalgia, mucha nostalgia. Pero a la vez felicidad.
La llamada se corta y ese "Pi... pi..." empieza a revotar en mi oído. Cuelgo y le devuelvo el teléfono a mi madre. Está sonríe. Sonrío. Miro a Emma, también sonríe. La abrazo y la elevo un poco del suelo, volviéndola a dejar en sus sitio a los segundos.
-¿Viene tu padre?
-Y con mis hermanos.
-¿Cuando?
-Dice que lo más pronto posible.
-Bueno... Os dejo que habléis.
De nuevo solos, ella y yo.
-¿Qué quieres hacer?.-Le dí doble sentido a su pregunta. Intento aguantar la risa.
-¡Justin!
-Perdón, no he podido evitar pensar así.
-Eres un guarro.
Carcajeo con ella, y entonces, se me ocurre una idea.
-Cambiate y ponte el bikini.
-¿Qué?
-Que nos vamos a la playa, venga. En 10 minutos estoy en la puerta de tu casa.
-Pero...
-No más "Peros".
-Está bien.-Me da un besito corto y se gira dando un saltito, como una niña pequeña. Mi niña pequeña.
NARRA EMMA
Subo a mi habitación y rebusco entre el cajón que está bajo mi armario, saco un bikini rosa palo con algunas florecillas negras. Sin tirantes y cruzado en el pecho.
Me lo coloco, busco unos vaqueros cortos y me los ponga encima con una simple de tirantes. Cojo un bolso, guardo una toalla, neceser, gafas de Sol, llaves, dinero y cosas por el estilo, entre esas cosas, mi móvil y la cámara de fotos. Me engancho el bolso en el hombro y suspiro. Su cara, su sonrisa es lo que tengo presente todo mi puto día. Unos golpecitos aporrean la puerta.
-¡Adelante!.-Mi madre.
-Cariño, ¿Ibas a salir?
-Sí... Bueno... Iba a la playa.
-Me imagino con quien.
-No te imagines tanto mamá.-Le doy un beso en la mejilla.
-Me voy que me están esperando, no creo que llegue muy tarde. Te quiero, a ti y a papá.
Se lo imagina, lo sabe, lo intuye, al fin al cabo, tarde o temprano va a tener que saberlo, y quiero que sea por mi boca. Termino de bajar el último tramo de escaleras y abro la puerta, Justin aun no ha llegado, creo que me apresurado. Miro el reloj del móvil.
-Que rápida, ¿Llevas mucho tiempo?
-Acabo de salir.
Sonríe y me tiende la mano, se la agarro. Emprendemos marcha, cada vez que lo toco, es como un subidón y todas las energías de mi cuerpo de unen para ponerse más fuerte que nunca. Lo miro, tiene la vista fija al frente, bajo la mirada y ahora puedo notar que es él el que me mira. Me hago la tonta y seguimos caminando. Me pego más a él, soltando su mano y pasándola por su cintura, Justin pasa su brazo por mi cuello, uniéndome más a él y haciendo que estemos más cerca de lo que ya estábamos. Hace calor, mucha calor. El Sol da de pleno sí, pero aun así el calor que me trasmite él, es apetecible.
-¿En qué piensas?
-En lo que somos ahora, y en lo que eramos antes.
-Antes, yo era un gilipollas.
-Sí, no te lo voy a negar.
-Pero era el gilipollas que te volvía loca.
-Tampoco te lo voy a negar. Pero loca de los nervios.
-Nervios, porqué me querías.
-Creído.
-Preciosa.
Después de un largo camino, puedo oler a mar, escuchar las olas y ver algunas que otras personas a los lejos. Me suelto del todo de Justin, corro hacía la arena y doy una vuelta sobre sí misma con los brazos estirados. Miro a Justin, sonríe, sonríe con esa sonrisa tan suya. Me quito la camiseta, desabrocho mis vaqueros y los dejo caer a la arena. Justin ya está sin camiseta.
Se acerca poco a poco, cuando ya está lo suficientemente cerca y yo desprevenida, me levanta abrazándome por la cintura. Se crea un beso agresivo, con nuestras lenguas entrelezadas, empiezo a moverme, poco a poco se está acercando al agua. Una ola hace que sus pies se cubran totalmente, incluido sus tobillos. Gruñe aun en mi boca, eso no es buena señal. El agua está fría. Se adentra un poco más hasta que mis pies también se cubren, me separo pero él no sé conforma con eso, quiere más.
Vuelve a romper la distancia, y de repente... ¡PUM! Nos hundimos en el agua, su cuerpo está encima del mío, pero no me pesa. Entreabro los ojos y puedo ver su pelo revuelto gracias al agua, como cada cabello se mueve de un lado a otro.
Ahora sí que necesito aire, pero no sólo yo, también él. Me eleva de las caderas haciendo que yo salga antes que él.
-Está fría.
-¿Tú crees?.-Me rodea con sus musculosos brazos. Asiento.
Nos echamos agua, nos reímos, nos besamos. Una de las veces me tiro en su espalda y él se sumerge, nadando a una velocidad que por mucho que yo entrene, no nadaría así. Sale a tomar aire, y ese proceso unas dos veces, como si de delfines tratáramos.
NARRA JUSTIN
Retiro unos cuantos mechones de su cara, depositándolos detrás de su oreja. Drew, ahora es tú turno de que le enseñes a aumentar la velocidad, pero sin prisas. Trago saliva sonoramente a proposito, sus ojos, sus ojos son la octava maravilla del mundo. Ella es mi octava maravilla del mundo.
Paso mis labios por su mejilla y los bajo hacía su cuello, con sólo notar el tacto de estos se arquea un poco, pero lo puedo notar. Le doy un pequeño mordisco y paso mi lengua de un lado a otro, trayéndome las gotitas diminutas de agua, está salado, pero tiene su sabor. Le doy un beso algo más fuerte, dejandole una marca.
-Ay, me vas a sacar el cuello.
-Si vieras como te lo he dejado.
-Oh, genial.
Pasamos una dos horas en el agua, estamos arrugados no, lo siguiente. La playa está más bien vacía y eso me gusta, más "Nosotros" y menos "Otros".
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