NARRA JUSTIN
Abrí los ojos. El DVD estaba apagado y todo recogido. Bajé la mirada hasta Emma, que dormida plácidamente a mi lado. Ahora lo recuerdo, terminamos de ver la película y charlando, ambos nos dormimos. Miro mi reloj de muñeca, mierda. Las dos de la madrugada. Se nos ha echo tarde. Me muevo con cuidado de no hacer ruido y levantarme sin despetarla.
-Justin...-Intento fallido.-¿Qué hora es?
-Las dos de la madrugada.
-Mierda, nos hemos dormido.
Se acomoda mejor en el sofá y vuelve a cerrar los ojos, juraría que se ha dormido en esta décima de segundo. Por lo que sea, prefiero no despertarla. La cojo como una princesa. Lo que es. No abre los ojos, solo gruñe y se aferra más a mi cuerpo. Joder, hasta dormida es bonita.
Subo las escaleras con cuidado de no caernos, aun que no pesa mucho. Abro la puerta de "nuestra" habitación con alguna que otra maniobra, después de casi un minuto con lo consigo. Vuelve a gruñir en el trayecto hacía la cama, donde la deposito con cuidado, le quito los zapatos y la arropo, ya que hace un poco de frío. Mañana es el último que pasaremos en esto bonito paraiso, espero superar al día de hoy.
AL DÍA SIGUIENTE
NARRA EMMA
El suave tacto de las sabanas era la gloria. Que bien había dormido. Volví a pasar la mano de arriba a bajo por todo el hueco libre que había a mi lado. Espera, ¿Hueco libre? Me sobresalté con mis propias palabras. Efectivamente, Justin no estaba.
Me levanté, colocándome bien la camiseta "de Justin" que ahora me pertenecia. Salí de la habitación y me adentré en el baño, no estaba. Aun así aproveché para lavarme la cara y recogerme un moño más bien alto. Una vez echo, salí de allí y bajé al salón. Nada. Luego fui a la cocina. Nada. Y por lo que veo, tampoco está a fuera, esto ya me empieza a preocupar.
Volví a subir al piso de arriba, y dudé si entrar por la única puerta que no había abierto y me faltaba por mirar. Ante mi duda, que pasé de ella entré. Ahí estaba, sentado en el suelo, tenia un álbum de fotos en la mano. Esta habitación siceramente es una de las que más me gusta de la casa. Tiene una cama no muy grande, la pared estaba pintada como de un color azulado. A la derecha un armario y un escritorio de maderas los dos, un gran baúl a los pies de la cama y una gran estantería llena de libros. Repisas pegadas a las paredes con CD's, alguna que otra medalla o trofeo, cuadros y cosas por el estilo.
-Buenos días.-Volví a dar un vote, hoy el día iba de sobresaltos. Giré mi vista de nuevo a sus preciosos ojos, llenos de nostálgia.
No contesté, preferí sentarme a su lado y saludarle con un suave beso en los labios.
-¿Y esto?.-Dije señalando el álbum.
-Un álbum de fotos.
-No jodas.-Ironicé.
La primera foto que pude ver era Justin de pequeño, sonriendo a la cámara. Estaba vestido con ropa y un palo de Hockey.
-Que mono.
-Es el álbum familiar.-Pasó de página.-Aquí estoy con mi madre.
-Que guapos.
-Y aquí estoy con mi abuelo.
Creo, que sin darnos cuenta se nos pasó la mañana viendo fotos y más fotos, también me enseñó algunos juguetes de cuando tenía 5 años y los trofeos y medallas que había ganado en competiciones de Hockey y demás deportes.
Sacó del baúl lo que menos me esperaba, una guitarra. Pero no una guitarra de la que nos compramos cuando teniamos 10 años, si no una de verdad.
-¿Y eso?
No contestó. Sacó del bolsillo un papel muy bien doblado, que fue desliando poco a poco. Era una letra, y de una canción por lo poco que pude leer.
Empezó a tocar unos acordes de la guitarra, parecían que sus dedos bailaban junto con las cuerdas. ¿Cómo podía tocar así? Miró la letra por un segundo sin dejar de tocar, y luego me miró a mi para luego comenzar a cantar.
-I always knew you were the best coolest girl know. So preffier than all the rest the star of my show.
Mi boca casi formaba una 'O'. ¿Había hecho él esa canción? ¿Él la había compuesto? Desde la última vez que lo escuché cantar, que fue ayer, diria que ha mejorado. Si su voz de por si es perfecta, cantando se supera. No puedo evitar que me salté alguna que otra lágrima mientras transcurre la canción.
-You're my special little lady. The one that make me crazy. Of all the girls I've ever know, it's you, it's you. My favorite, my favorite, my favorite, my favorite girl, my favorite girl.
NARRADOR
Ahora estaba Justin, cantando una canción a una chica, desahogándose con ella. ¿Quién iba a decir que él era de ese tipo de chicos? Aun que su facha de malote no se la quita nadie. Pero ahí estaban, robandose el corazón un poquito más si era posible, queriendose hasta que les duela, amandose. Los largos a Justin les salen perfectos, que más quisiera ella cantar así... Aun que tampoco se puede quejar. Emma sabe tocar el piano, aun que desde muy pequeña dejó de hacerlo, desde que tuvo aquel problema.
-¿Te ha gustado?.-Dijo al acabar la canción.
-Sabes que todo lo que venga de ti me encanta.
-¿Y a quién no?
-Imbecil.-Le contestó dándole un codazo.
No le dio tregua, se tiró encima de ella a besarla, y es que ya no se aguantaba más. Al principio se resistió, típico en ella hacerse la díficil, pero acabó hasta mordiéndole la lengua. Imposible resistirse a un beso así.
NARRA JUSTIN
-No quiero pensar que ya mañana nos vamos.-Cortó el beso para soltar esas palabras que me sentó como un saco de cemento encima.
-Lo sé nena, y yo tampoco quiero irme.
-En dos semanas empiezan las clases.
-También lo sé.-Suspiré.
-¿Seguiremos igual, verdad?
-Claro.-Deposité un suave besito en sus rosados labios.-No te preocupes.
Continué el beso que habiamos cortado minutos antes, esta vez sin lengua. Pasé mi lengua por ambos de sus labios y acabé mordiéndole el inferior, solto un pequeño gruñido que me puso a cien. Que después de llevar meses con una chica y cuando la bese parezca la primera vez... Es raro. Si no es amor, no sé lo que es.
-Eres un bestia besando.-Dijo tocándose el labio que antes le había mordido.
-Y tú una fiera.
Me quedé observando sus ojos, uno, dos, tres, tal vez hasta cinco segundos. Volvimos a juntar nuestros labios, un piquito sonoro, nada más. Como deseaba tenerla como hace dos días, gritando mi nombre, gozando y que el culpable sea yo... ¡Stop Justin! Que tu compañero no va a tener piedad a la hora de darse a ver.
-Justin.
-¿Sí?
-Tengo hambre.
Elevé mi ceja izquierda, no pude evitar darle doble sentido a esa frase.
-¡Guarro!
Estallé a risas de solo ver su cara cuando se dio cuenta de mi "Confusión".
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