sábado, 16 de noviembre de 2013

To the limit {39}

                                               NARRA JUSTIN

Estabamos a partes iguales. Solo con la parte inferior de la ropa. Mi erección amenazaba con explotar, Dios Justin, te tiene loco. Bajé mis manos desde su espalda hasta su trasero. Aquel gesto hizo que gimiera y que se pusiera desafiante, me gusta. Bajó a mi cuello. Uno, dos, hasta tres besos, luego subió a el óvulo de mi oreja. Tres, cuatro, y cinco besos en este, cada vez esto iba a más y ya los besos se quedaban pequeños.

Volví a besarla, otro de tantos besos mágicos. Empecé a jugar con el elástico de las braguitas del bikini, eso hizo que ella riera a mitad del beso y liverarámos tensiones si había. Dicen las mejores sonrisa se producen en los labios de la persona a la que amas, y quien sabe, puede que así sea.

Ambos hicimos el mismo de gesto de quitarnos la parte inferior mútuamente. Otro beso. Otra sonrisa. Más pasión. La situación se volvía cada vez menos infantil

-Justin. 
-¿Si? 
-¿Sabes cual es la palabra que sobrepasa a la palabra "Querer"? 
-¿Amar? 
-Sí. Pues eso. 
-¿Eso qué? 
-Que eso es lo que me pasa. 
-Sigo sin entenderte. 
-Joder, que creo que contigo ya he sobrepasado la palabra "Querer". 
-Eso quiere decir que... 
-Quiere decir que, aun que te lo diga pocas veces por vergüenza, porque sea una orgullosa, o por mil motivos más, te amo.

¡Pum! ¡Pam! Acaban de estallar mil y un fuegos artificiales en mi puto estómago. ¿Me ama? ¿Me acaba de decir que me ama? ¿Y yo? ¿La amo a ella? "Claro idiota, ¿Si no que crees que son esas cosas raras que se mueven en tu estómago? Oh, Bieber esta enamorado." Me repite mi otro yo. Juro que esto me da miedo y que nunca me había pasado, ¿Y ahora que hago? ¿Suelto mi primer "Te amo" a una chica? Porque sí, sería el primero. Ya que mi hermana pequeña no cuenta, ¿Verdad?

-¿Justin? ¿Estás bien? 
-Sí. 
-¿Pasa algo? 
-Que yo también te amo.

                                  NARRADOR

Otros mil fuegos artificiales dentro de ella.

Vuelve a besarlo. Primero despacio, sin prisas pero sin pausas, solo el toque de los labios, así unos minutos. Luego sube el nivel y lo besa con pasión, diciendole que quiere más y que se vuelve a arriesgar, que con él se arriesgará la veces que haga falta mientras no se separe de ella, que lo quiere y que no lo quiere perder. Tercer beso, muy diferente a los otros, apasionado, pero con fueria. Besa con rencor de pensar en todas las zorras que se le acercaron antes que ella, ¿Quién iba a decir que los besos se iban a usar como desahogos? Justin está perplejo por lo que esta causando Emma en él, la quiere, la quiere mucho. La ama. Ella también, lo quiere, lo adora. No quieren perderse el uno al otro, tienen miedo aun que no se atrevan a decirlo. El amor es como el tiempo, un día esta soleado y al siguiente hay una tormenta. Pero bueno. ¿Quién entiende al corazón?

Se han separado 5 segundos por la falta de aire, producida por el beso de ella. Tienen la respiración entre cortada. Ella mira de un lado a otro en busca de protección, hoy no le apetecen tener mini Justin's y mini Emma's.

Justin estira la mano y agarra un plastiquito idéntico a el que usaron hace dos días, en la primera vez de ella. Emma traga saliva, se pone nerviosa aun que quiere hacerlo. Justin la mira en busca de una respuesta y ella se rie y asiente. Él por fin abre el plastiquito y saca de ahí el condón. Emma se retira al otro estremo de la bañera y espera con paciencia a que él se lo coloque.

Una vez listo, se tira de nuevo a sus labios, aprovechando que él cierra los ojos ella se pone a orcadas encima, haciendo que su miembro entre en ella.

Separan sus labios por el fuerte placer que les llega de sopetón. Gimen al ausonio, ella hasta achina los ojos por un segundo. Se relajan, se relajan un poco, ya ha pasado lo peor. Embos empiezan a darle ritmo a la situación, moviendose uno encima del otro. Justin no puede evitar esconder su cara en los pechos de ella, para morderse el labio inferior. Se la esta tirando otra vez, esta volviéndose a hacer el amor, joder. Solo que esta vez no tan suave.

-Justin... 
-No me hagas esto cariño, o te juro que me corro en el instante

Emma no puede evitar soltar una risa axfisiante.

Una, dos, tres embestidas más. Se quieren, se acuestan, como cualquier pareja normal. Solo que esta historia es de novela. La forma en la que empezaron a odiarse y como empezaron a amarse, en las locuras que han hecho el uno por el otro, la mágia que han creado, y que a pesar de todo, se traten como dos amigos de toda la vida. Sí, la verdad es que para ella esto parece una película.

Después de dos orgasmos por parte de ambos, descansan, paran. Deciden dejarlo ahí porque no van a tener fuerzas para hacer las maletas y se les está haciendo tarde. El ambiente vuelve a ponerse serio. Mañana vuelven a casa y ninguno quieren.

Aun siguen en la bañera, ella entre las piernas de él. Mientras que él le enjabona los brazos con una esponja y da pequeños besitos, llenándose los labios de jabón y haciéndo que ella ria.

-Idiota. 
-Guapa. 
-No lo soy. 
-Lo eres. 
-Mentiroso. 
-Eres perfecta. 
-Nadie es perfecto. 
-Tú para mi sí.

                            NARRA EMMA

Elevo mis manos del agua para observarlas, estan demasiados arrugadas. Pero aquí, con él, se está tan bien...

-¿Nos salimos? Ya se nos empieza a hacer tarde. 
-Si, tienes razón. 

Salgo yo antes, nada más el tacto frío del suelo en las puntas de los dedos de mis pies me produce escalofríos. Me seco y me visto directamente, al igual que Justin. Ambos nos estamos arreglando frente al espejo, y la situación es cómica, no echamos miradas y reímos sin ningún motivo. Definitivamente, no somos normales.

                        20:30 DE LA NOCHE.

Cierro la cremallera de la maleta. Lista. La bajo hasta la puerta, ya que mañana salimos a las 10.

Solo nos quedan unas horas más en este paraiso. Suspiro. Nostalgia. Cojo el móvil para mirar los mensajes. No me da tiempo, empieza a sonar un tema de Michael Jackson que tengo como tono de llamada. Es Brit.

-¿Sí? 
-¡Cariño! ¿Cómo estáis? 
-Perfect. 
-Me alegro, ¿Sabéis que mañana volvemos no?

Suspire.

-Lo sé. Y antes de que te adelantes, también queda medio mes para empezar el instituto. No me lo recuerdes. 
-Eh, esta bien. No te lo recuerdo. Por cierto, nosotros salimos esta madrugada en camino, llegaremos sobre las 9.

Noté sus manos abrazarme por la espalda. Le correspondí posando mi mano libre del teléfono sobre la suya.

-¿Emma? ¿Estás ahí? 
-S...Sí. Cuando llegue te llamaré. 
-No lo dudaba, me tienes que contar todo con lujo de detalles. Porque me imagino que hay ha pasado más que unos simples bonitos días... 
-¡Brit! 

Justin estalló a carcajadas, haciéndo que mi querida amiga se diera cuenta de su precencia y se despidiera rápidamente.

-Ya esta todo listo. Solo queda disfrutar del resto de tiempo y levantarnos mañana a las 8 y media.
-Genial...-Digo irónicamente, soltándome de su agarre.

Me apoyo en el borde de la ventana del salón, que da a unas bonitas vistas al mar. La marea ha subido bastante y ya es casi de noche. Se nota que el frío esta a la vuelta de la esquina. Las olas revotan en una piedras unas manzana más allá, que hacen que suene más fuerte de las que revotan justo enfrente de la casa. Suspiro. Estos días han sido increíbles, puede que los mejores de mis 17, o de mi adolescéncia, o de mi vida. Vuelve a abrazarme por la cintura, sin decir nada. Nos quedamos perplejos mirando al infinito.

Y este es uno de los tantos momentos bonitos en los que piensas: "Tengo lo justo, lo que necesito y lo que quiero.". Y ni siquiera cambiarias un poquito de la felicidad que tienes ahora por una casa un poco más grande que esta. Me giro y vuelvo a pensar en mi última reflexión. Lo miro. Me mira. Sonrio, pero él no. Esta serio, se limita a pasar su pulgar por cada rasgo de mi cara, curva un poco los labios. Sonrío de nuevo y baja las yemas de sus dedos haciéndo un tour hasta esos pequeños e irritables oyos que me salen en la cara al reir. Sus caricias saben a un café caliente en una mañana fría, o a un buen libro en una noche a oscuras. Son deseables y las necesitas, el café es adictivo como sus labios, y los libros enganchan, como sus ojos.

Le doy un corto besito y miro mi reloj de muñeca. Las 21:00h. Vuelvo a doblar la mirada hacía él, esta pensativo, como si su mente navegara en uno de los barcos que se pueden ver desde aquí y su cuerpo estuviera en frente mía.

-¿Qué pasa? ¿En que piensas? 
-En ti. En tu pasado.-Dice sin pudor.-En lo fuerte que eres.

Y me besa. Y lo beso. Miro su cuello, ¿Cómo no puede tener ni una marca después de todo los besos que le he dado? No se puede quedar así. Abandono sus labios y bajo a su cuello, que abandono en unos segundos cuando lo creo oportuno. Un chupetón con un tamaño considerable. Perfecto. 

-Oh, eres mala.

Luego él repite el mismo proceso en mi, con el mismo resultado. Solo que con una marca más exagerada. 

Luego me da un besito en la punta nariz, poniéndo carita de "Eh, no ha sido mi culpa, han sido mis labios.", a esa carita que por desgracia, no me resisto. 

-Tienes la nariz helada. 
-No estamos en Julio. 
-Pero tampoco en Marzo.

Y tiene razón, así que me callo y me resigno.

-¿Sabes de lo que tengo ganas? 
-¿De que? -De que aun que sean solo poco mas de las nueve, nos acostemos. Con la sabana hasta arriba y me acaricies el pelo de esa forma tan tuya, de que me abraces toda la noche y que por favor, no me sueltes.-Sugiero sincerándome por completo. 
-Pues no se hable más nena.

                               AL DÍA SIGUIENTE

No hace falta que os cuente como fue toda la noche. Dormí profundamente mientras Justin me acariciaba el pelo, tal y como se lo pedí. Y bueno, también dormimos abrazados así que el frío no se dio a notar en la habitación. Ahora estamos montándonos en el coche. Me ha llamado mi madre, dice que hoy hará de comer mi plato favorito, pizza. También ha invitado a Justin a comer, pero sin ser grosero a dicho que se pasara luego a verme, ya que echa de menos a su familia. También me ha llamado Aly, dicen que llegaron muy temprano y que ya pasará por mi casa con las demás para le cuente. ¿Qué le digo? ¿Qué su amiga ya no es virgen? Aun que eso es lo que menos importa en este momento. Justin termina de escribirle un último mensaje a Ryan avisándole que ya vamos en camino, que espera que el viaje no se les haya echo muy pesado y que luego hablaran. Por fin guarda su móvil en su bolsillo y el motor del coche se pone en marcha. Rumbo a la realidad. Va mirándo al frente, decidido, su cara se la tapa unas gafas de Sol y una gorra negra. Pero aun así puedo ver como me mira de reojo, y yo hago lo mismo.

-Gracias Justin. 
-¿Gracias?.-Dice girándose un segundo, para mirar de nuevo a la carretera.-¿Por qué? 
-Por estos días. 

Sonríe y lleva mis manos a sus labios para besarla, y dejarla de nuevo encima en mi muslo izquierdo.

Seguimos en camino. Apoyo mi codo derecho en el filo de la ventanilla del coche y mi cachete derecho en mi mano, cogiendo una postura bastante comoda. Intento mantener los ojos abiertos, esto de madrugar siempre me ha costado. Pero siempre con la misma respuesta. Mis ojos se cierran como si fueran un iman y poco a poco mi mente va más allá de la realidad.

[...]

                           NARRA JUSTIN

-Emma...

Se removió un poco en el sillón, pero no abrió ni un segundo los ojos. 

-Nena... 

Vaya, parece que eso si lo ha escuchado. Se despierta y me mira desconcertada.

-Dime que no me he dormido. 
-No te has dormido. 
-¡Justin! 
-Vale vale.-Elevé mis manos al aire.-Si te soy sencero sí, y estabas preciosa. Hasta pensé en raptarte y volver. 
-Que no pidan rescate, por favor.

Ambos reimos y salimos del auto que había aparcado minuto atrás perfectamente. Lo cerré y llegó ese momento, en el que te entra ganas de gritarle: "No le hagamos caso al mundo, vamonos y creemos el nuestro propio. Sin normas, sin reglas. Sin velocidad pero con picardía. Vamos cariño, quiero repetir esos días contigo."

Pero no es posible. Así que a duras penas nos damos un besito en la comisura de los labios y nos separamos. Ella a su casa. Yo a la mía. Abro la puerta, por suerte me he llevado una llave por si no estaban. Pero mi sorpresa no es pequeña, nada más entrar mis hermanos se tiran a mis piernas. Hey chicos, yo también os he echado de menos.

Entro con ellos en brazos y con un pie empujo la maleta al interior de la casa. Mi madre me mira con los brazos en jarras y mi padre esta leyendo el periódico en el sofá, que rie al ver la situación.

-¡Hey familia! 
-Vaya, que contento vienes.-Dice mi madre, acercándose y depositando un beso en una de mis mejillas, que yo le correspondo. 
-Normal, ha estado con Emma.-Añade mi padre. 

Por primera vez siento vergüenza delante de mi madre por una situación así. 

-¡Jeremy! Seguro que Justin se ha comportado como un autentico señorito, ¿Verdad? 
-Claro, además, hemos estado todos juntos.-Miento.

Mi madre esboza una sonrisa, y yo otra. Espero que no me someta a más interrogatorios.

                              NARRA EMMA

-Entonces, ¿Ha ido todo bien? 
-Si mamá. Muy bien. 
-¿Y como se ha comportado Justin contigo? 
-Como un auténtico caballero. 
-Oh, eso espero.-Comenta mi padre. 

Abro una botella de agua que he puesto en la encimera y me echo un vaso de agua, que tomo junto con una galletita de las que ha echo mi madre.

-Si me disculpais, voy a descansar un poco. En la comida os cuento con lujo de detalles, ¿Vale?.-Y sin esperar respuesta, subo a mi habitación.      

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